miércoles, 5 de noviembre de 2008

Lumbreras: regreso a la infancia.

Parte del grandioso viaje fue Lumbreras, Salta. La tierra que vió crecer a Sergio.
Fue emocionante verlo feliz, movilizado, tratando de recordar cada paso por ese barrio (hoy convertido en convento) y transmitírnoslo.
Se nota en su voz, en sus relatos que esos días fueron felices. Que esa selva de juegos con la naturaleza marcaron a ese niño para hacerlo el hombre bueno que es hoy.
Un barrio de Gas del Estado, en pleno monte salteño. Esa fue su realidad durante los años en que el entorno da forma a cualquier alma.
Tardes de adueñarse de bosques de yungas, cabalgatas sobre su moro llamado Aro. Los cowboys del monte... Escondite y mundo perfectos para sentirse los más bravos sin estar tan alejados del grito materno que llamaba para retornar al ritmo de ese "pueblo" de tan sólo 8 casas que brotaba entre los árboles y matorrales.
El río Juramento lo vió pescar. El mismo río que vibró con la respuesta que los soldados dieron a Belgrano cuando éste los hizo honrrar la bandera a sus márgenes.
Pasamos por su escuela de Metán. Por la iglesia donde tomó la Comunión. Por el Conservatorio donde tuvo sus primeros encuentros con la guitarra.
Me siento tan afortunada de poder haberlo acompañado en este redescubrimiento de una etapa de su vida... Sí. Redescubrió. Porque la memoria infantil cambia las proporciones, modifica las distancias. Pero guarda fiel y celosamente los perfumes, los amigos y las risas.